• El fracaso de una persecución
Por. César Adrián Castro Aguilar
La represión es un fenómeno que se ha desarrollado en el país para satisfacer la percepción única de estado donde exista una concordia aunque esta sea falaz.
Una de las más fructíferas banderas de la oposición mexicana ha sido el tan comentado 2 de octubre de 1986 el cual mostró sin duda el autoritarismo del gobierno federal ante la exigencia de una esperanza de vida nueva y distinta del modelo económico de país que solo beneficia a unos cuantos.
Este suceso mostró la paternidad indiscutible de su autoría a través de una indagatoria de la fiscalía especial que concluyo lo que ya existía en el imaginario popular el cual conoce perfectamente los rostros de estos responsables de la masacre estudiantil que aglutino muertos, presos, desaparecidos, cárceles clandestinas ,centros de tortura etc.
No obstante estos hechos quedan de manera permanente en la memoria a través de los testimonios grabados y vistos por quienes sobrevivieron a los acontecimientos, quienes siguen buscando donde quedaron los desaparecidos o sus cuerpos y quien o como pagara por estos hechos.
Pero el problema no es siquiera la falta de castigo a los responsables sino la poca claridad sobre una verdad necesaria que no ha sido atendida pues no se ha conseguido ni siquiera el objetivo de justicia y reconciliación que se ha buscado para darle la vuelta a la pagina.
Solo se han conseguido gestos simbolices de integración de órganos de fiscalización que culminaron en la realización de un señalamiento publico muy limitado por la gravedad de lo que aconteció en Tlatelolco.
El daño moral permanece atado a la imaginación colectiva como una venganza insatisfecha y sigue sin importar la poca claridad sobre una verdad ineludible que no ha traído culpables castigados y solo se han dicho cuestiones relativas ya que el hecho de imputar a los asesinos sus responsabilidades ha sido imposible debido al trueque entre partidos políticos que imponen el silencio de los muertos a cambio de alcanzar los acuerdos parlamentarios que beneficien a los poderosos donde la justicia para los sacrificados del 68 sigue durmiendo el sueño de los justos.
¿Que pasara?
Una de las más fructíferas banderas de la oposición mexicana ha sido el tan comentado 2 de octubre de 1986 el cual mostró sin duda el autoritarismo del gobierno federal ante la exigencia de una esperanza de vida nueva y distinta del modelo económico de país que solo beneficia a unos cuantos.
Este suceso mostró la paternidad indiscutible de su autoría a través de una indagatoria de la fiscalía especial que concluyo lo que ya existía en el imaginario popular el cual conoce perfectamente los rostros de estos responsables de la masacre estudiantil que aglutino muertos, presos, desaparecidos, cárceles clandestinas ,centros de tortura etc.
No obstante estos hechos quedan de manera permanente en la memoria a través de los testimonios grabados y vistos por quienes sobrevivieron a los acontecimientos, quienes siguen buscando donde quedaron los desaparecidos o sus cuerpos y quien o como pagara por estos hechos.
Pero el problema no es siquiera la falta de castigo a los responsables sino la poca claridad sobre una verdad necesaria que no ha sido atendida pues no se ha conseguido ni siquiera el objetivo de justicia y reconciliación que se ha buscado para darle la vuelta a la pagina.
Solo se han conseguido gestos simbolices de integración de órganos de fiscalización que culminaron en la realización de un señalamiento publico muy limitado por la gravedad de lo que aconteció en Tlatelolco.
El daño moral permanece atado a la imaginación colectiva como una venganza insatisfecha y sigue sin importar la poca claridad sobre una verdad ineludible que no ha traído culpables castigados y solo se han dicho cuestiones relativas ya que el hecho de imputar a los asesinos sus responsabilidades ha sido imposible debido al trueque entre partidos políticos que imponen el silencio de los muertos a cambio de alcanzar los acuerdos parlamentarios que beneficien a los poderosos donde la justicia para los sacrificados del 68 sigue durmiendo el sueño de los justos.
¿Que pasara?
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