Porque sabemos escuchar aprendimos a hablar...

La influencia del actual modelo económico en el mundo ha llegado a todas partes, hasta las regiones más apartadas, donde el mundo llegó a nuestras comunidades indígenas, pero estas no han llegado al mundo. 

En este contexto, la Unión Nacional de Artesanos, es justamente la organización de productores artesanales de interés social, que vela por mantener y acrecentar los valores artístico-artesanales de nuestros pueblos, mediante el asesoramiento, vigilancia, apoyo y seguimiento de los programas institucionales que establecen los gobiernos federal, estatal y municipal, en beneficio de los artesanos de origen campesino, indígena y autodidacto. 

Nuestras raíces como sociedad, se encuentran en las comunidades rurales del país, donde los valores morales de la familia, se incorporan al perfil humanístico de cada persona, además, de un cúmulo de habilidades artísticas, pasadas de generación en generación y que básicamente se refieren a la "confección y creación de manualidades”, mismas que por su laboriosidad, belleza y uso práctico, respondían a las necesidades del menaje de casa, además de otros usos. 

Con el afán de apoyar a los artífices del estado, la UNA, se ha puesto en contacto con los productores artesanales con el fin de brindarles apoyo técnico y logístico, para que puedan enfrentar lo abrumador del poderío de los sistemas económicos que los quieren devorar, pero a los que enfrentan de pie, firmes y unidos. 

Perfil humanístico y compromiso social… 

Básicamente uno de los aspectos más importantes que nos distinguen como sociedad de valores, es el respeto que tenemos hacia las manifestaciones artístico-culturales de nuestros ancestros, que han permanecido de generación en generación como un legado que debemos mantener vivo porque es un reflejo de identidad y raíz histórica. 

En este contexto, la Unión Nacional de Artesanos, participa con decisión en la conservación de nuestros valores culturales y tradiciones, pues están convencidos, que los valores arraigados de los mexicanos no se pueden extinguir porque son propios y auténticos.