Afilando el lapicero
Mi madre mandó una carta desde el cielo:
México querido te veo luchando cada día contigo mismo, ojalá pronto te des cuenta de lo valioso que eres, del poder que tienes cuando estas unido, los problemas sociales y de salud mental causados por el fentanilo y otras drogas, por desgracia están aquí para recordarte el poder y la capacidad de recuperación que posees.
Me encanta ver cómo te coordinas, como te pones de acuerdo, como te atrincheras en tu tierra para bien y para mal, como procuras a tu familia, a tus seres queridos y te haces uno con ellos.
Date cuenta de la compasión, el apoyo, la entrega y el amor que sale de ti; como te sientes al darlo y recibirlo.
¡No tengas miedo! Los problemas en el mundo son menos agresivos que tu ignorancia, tu creencia de que puedas cambiar lo que no te gusta, tu falta de participación ciudadana y tu desentendimiento de los problemas que afronta la población en el país.
Y si para aquello contra lo que luchas hoy estuviera todo el país volcado, entregado, comprometido y determinado a conseguir; ¿Cuánto se tardaría en generarlo México? ¿qué es aquello que todos y cada uno en sus respectivos lugares desean?
¡Encuéntralo! Y lucha por ello como si no hubiera mañana.
Los grandes problemas del país hacen que nos renovemos para que nos demos cuenta de que, si nos cooperamos y organizamos podemos.
Sólo debemos darnos cuenta de que somos los elegidos para recibir todo lo bueno que nuestro país nos da, sólo hay que recordarlo y actuar en consecuencia, y no olvidar que los problemas siempre existirán.
Posdata: Diles a todos que el amor por nuestro país y la naturaleza actúan a veces en formas que no alcanzamos a comprender a primera vista.
Tu madre.
#LaHistoriaSigue
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