El taller será impartido por el Director del Museo, Profesor Alfonso Villarreal, quien conducirá la clase práctica en la que se enseñarán las técnicas artesanales tradicionales que caracterizan a estas festividades. Durante la sesión se compartirán los sabores típicos que distinguen tanto a los buñuelos como a los ponches, acompañando a las personas participantes en un recorrido que va desde la explicación teórica hasta la experiencia sensorial de degustar productos con profunda raíz cultural. El Museo de las Culturas Populares le espera para vivir esta experiencia gastronómica y cultural única.

El ponche, bebida cuyo origen se remonta a la India, donde era conocido como “panch” o “pãc”, palabra en sánscrito que significa “cinco”, por los ingredientes básicos de la receta original: alcohol, azúcar, agua, limón y té. Su llegada a Europa ocurrió gracias a empleados de la Compañía Británica de las Indias Orientales hacia finales del siglo XVII, alcanzando países como Alemania, Francia, Italia y España, desde donde arribó a México durante la Conquista. Aquí, el ponche adoptó una identidad propia mediante la incorporación de frutos locales como tejocote, guayaba, caña de azúcar, así como canela y piloncillo, lo que dio como resultado la versión profundamente arraigada en las festividades decembrinas del país.

Los buñuelos, cuya tradición se remonta a civilizaciones antiguas de Oriente Medio y el Mediterráneo que preparaban masas fritas endulzadas con miel. Con la llegada de los españoles al territorio que hoy es México, esta preparación se transformó en conventos y hogares virreinales, donde se les llamó “puñuelos” debido a que la masa se adelgazaba utilizando el puño. A lo largo de los siglos, ingredientes como harina de trigo, manteca vegetal, piloncillo y especias dieron forma al tradicional buñuelo mexicano, crujiente, dorado y aromático. Con la llegada de diciembre, su aroma invade hogares y posadas, convirtiéndose en un símbolo de prosperidad y buena fortuna en Navidad y Año Nuevo.