El jueves 7 de marzo por la noche, en el estado de Guerrero, un estudiante de la normal de Ayotzinapa murió tras ser tiroteado por parte de la policía estatal, esto en un punto de revisión que las autoridades locales mantenían en busca de vehículos robados.

Según los informes de la Fiscalía del Estado junto a la Secretaría de Seguridad, cuatro estudiantes se trasladaban en una camioneta con reporte de robo y al solicitarles detenerse se negaron y “recibieron a los elementos de seguridad con disparos de arma de fuego”, dice el comunicado. Los elementos policiales repelieron la supuesta agresión y como resultado fue la muerte de uno de los estudiantes y la detención de otro de ellos, los dos restantes fueron liberados.

En un conferencia de prensa durante la madrugada, el secretario General de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, aseguró que el asesinato del estudiante se dio tras una agresión de los normalistas contra los agentes, aunque no especificó qué tipo de agresión sufrieron los elementos.

Añadió que el caso será tratado por la Fiscalía federal para esclarecer los hechos y castigar a los que resulten culpables. “No queremos que nadie pierda la vida”, dijo López Obrador, quien ha mandado condolencias a familiares y amigos. Ha pedido a los abogados de las familias que actúen “con responsabilidad y sin caer en provocaciones” y ha deslindado lo “ocurrido en Chilpancingo” de los actos recientes en Ciudad de México, cuando unos estudiantes de Ayotzinapa derribaron la puerta de Palacio Nacional.

En una conferencia a medios locales, durante la madrugada del viernes 8 de marzo, Rolando Solano Rivera, el secretario de Seguridad Pública de Guerrero, informó que se trató de un hecho resultado de la confrontación entre las autoridades y los estudiantes: “A raíz de este acto delictivo, una persona sale herida y otra detenida. No fue directamente contra alguna institución, escuela, movimiento social, político, cultural... fue un hecho netamente delictivo”, ha dicho el general. La información apunta a que el estudiante baleado perdió la vida en el hospital y que otro compañero permanece retenido por la policía. El presidente ha asegurado que su vida no está en peligro.

Después de lo ocurrido, un grupo de normalistas arribaron a Chilpancingo en autobuses, tomaron una patrulla de la Policía Estatal y la quemaron en la avenida Insurgentes.