La Marcha por Nuestra Democracia inunda de rosa a México
Miles de mexicanos se reunieron en el Zócalo de la Ciudad de México, este domingo 18 de febrero, así como, en diferentes partes del país, quienes piden elecciones limpias de junio 2024.
La marea rosa exige votaciones limpias y respeto a las instituciones democráticas a dos semanas de que empiecen las campañas y a menos de cuatro meses de las elecciones presidenciales del próximo 2 de junio, estuvo marcada por las consignas ciudadanas, pero también fue un grito amplificado por miles de voces que se oponen al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Los organizadores insistieron en que se trató de una movilización apartidista, pese a que contó con la presencia de varios políticos, dirigentes y organizaciones ligados a la oposición.”Los organizadores de la marcha hablan de 700.000 participantes, mientras otras fuentes aseguran que la convocatoria tuvo poco menos que la cifra anterior.
La manifestación tuvo una confluencia de personas que se oponen a los ataques contra el Instituto Nacional Electoral (INE), de quienes defienden la independencia del Poder Judicial y reclaman la intención de desaparecer los órganos autónomos, pero también trajo ríos de manifestantes que acusan al presidente de orquestar un giro autoritario, de incidir en la contienda electoral y de alimentar la polarización. Por cada “¡México, México!”, hubo un “Fuera López”, por cada “El INE no se toca” hubo gritos contra “el narcopresidente”, por cada bandera nacional que se llevaba a cuestas había un letrero contra “la dictadura de Morena”.
En un templete colocado frente al Palacio Nacional, la sede del Ejecutivo federal, uno de los organizadores explicó que, mientras en otras ediciones de la marcha se había cuidado en evitar mencionar el nombre de López Obrador y de otros políticos, en esta ocasión era importante dejar ver que “el presidente es parte del problema” y que “tiene que entender que no es el candidato”.
Las autoridades federales colocaron una valla metálica desde hace un par de días en los alrededores del Palacio y en algunas de las calles aledañas al Zócalo. “Están convocando a una manifestación para defender la corrupción, aunque digan que les importa la democracia”, dijo el mandatario en su conferencia de prensa del viernes y que da cuenta del ambiente que precedió a la protesta. “No hay novedad”, ha añadido hoy el mandatario. En el centro de la plaza tampoco ha ondeado la bandera de México, un hecho notado y criticado por varios de los asistentes.
Pasadas las 11.30 de la mañana, Lorenzo Córdova, expresidente del INE y único orador del acto, afirmó que no se trataba de una convocatoria para “apoyar ni criticar ninguna campaña” ni a “ningún gobierno en sí”, aunque acusó que el país “está frente a un proyecto de regresión autoritaria” e hizo varias alusiones al talante “autoritario” del presidente. Durante el discurso se escucharon gritos como “Fuera AMLO” y contra “el narcopresidente”. “La democracia no nos cayó de lo alto, es el resultado de muchas luchas de los ciudadanos”, agregó Córdova.
Después del discurso de Córdova, la marea rosa entonó el himno nacional y desaloja el Zócalo pasadas las doce del mediodía.
Pero la tarea parece prácticamente imposible en esta coyuntura. La conversación se instala en la defensa de los pesos y contrapesos, en la división de poderes, y en las críticas al poder presidencial. Pero poco después la elección lo cubre todo: los candidatos, las propuestas y las discusiones interminables sobre el futuro de país solo se interrumpen cuando el mesero llega con los chilaquiles y los huevos rancheros. La manifestación se ha terminado y, en cuestión de días, la carrera por la presidencia entra en su recta decisiva.
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