El adiós de Lionel Messi en Mundial de Clubes dejan a este y a la FIFA sin su gran reclamo individual

Por Rodrigo Aparicio - junio 30, 2025

 Messi y su adiós dejan al Mundial de Clubes y a la FIFA sin su gran reclamo individual 

Si el Real Madrid es con diferencia el mayor gancho popular con el que cuenta la FIFA para vender su novedoso y oneroso Mundial de Clubes en Estados Unidos, el adiós de Leo Messi tras la eliminación del Inter de Miami a manos del PSG (4-0) supone la ausencia del mayor reclamo individual que tenía esta primera edición del torneo. Ni Vinicius Junior, ni Kilyan Mbappé, ni Harry Kane, Vitinha o Rodri, por citar algunos de los grandes nombres que aún compiten, tienen el tirón de Messi en Estados Unidos. El futbolista aglutina la admiración de todas las comunidades que conviven en el país. Latinos, asiáticos, afroamericanos y blancos nativos paseaban por los alrededores del Mercedes Benz ataviados la gran mayoría con camisetas de Messi. Su presencia en Atlanta llenó otro estadio más, además de los generados en Miami, donde ejerce de local. 

La participación del astro argentino siempre estuvo en la cabeza de Gianni Infantino como sujeto imprescindible para impulsar y promocionar la onerosa competición que ha creado. La inclusión del Inter de Miami estuvo envuelta de polémica desde que se dio a conocer su elección por delante de otros clubes estadounidenses con más historia y pedigrí ganador. La FIFA reservó una plaza para un equipo del país anfitrión y la concedió en octubre de 2024.  

La FIFA admite que la participación de Messi en el torneo está más que amortizada. Que el Inter de Miami pasara la fase de grupos alivió a Infantino porque se cuestionaba que pudiera lograrlo. El magistral gol de falta que le marcó al Palmeiras (2-2) y que sirvió para que el Inter de Miami se clasificara para los octavos de final dio la vuelta al mundo para satisfacción de Infantino y su organización. En la FIFA no han cuantificado el impacto económico de Messi en el Mundial de Clubes, pero admiten que su participación, con la que se contaba desde el proyecto embrionario, fue un plus para negociar con patrocinadores y hacer el torneo más atractivo para la venta derechos de televisión. 

Messi se despidió del Mundial de clubes en Atlanta, convertida desde los años 90 del siglo pasado en el epicentro del hip hop, el estilo musical que canta las verdades de la calle y la crudeza de la realidad social estadounidense. La metrópoli, que llegó a ser la cuarta de la nación con más población negra, también es promocionada por sus taxistas como “una ciudad loca y divertida que nunca duerme”. Esto último puede inducir a una explicación primaria y jocosa; en Atlanta está ubicada la sede central de la excitante Coca-Cola. 

En el imponente estadio Mercedes Benz, de techo cubierto y con una estructura fina y transparente que también cierra los espacios abiertos de las fachadas laterales, Messi digirió la realidad del fútbol en el que compite ahora.

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