“Resilia”: un viaje de memoria y transformación en la obra de Soledad Cáceres
La exposición Resilia, de la artista Soledad Cáceres, fue inaugurada recientemente en el Museo de Arte Moderno Guillermo Ceniceros, espacio que forma parte del Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED). La muestra reunió a un público diverso que pudo disfrutar de un programa artístico especial durante la apertura. En este marco, el artista KDMQ presentó un performance que comenzó con la pregunta: “¿Alguna vez se han sentido muertos?”, dando paso a una serie de interpretaciones musicales de su autoría que conectaron con la temática de la exposición.
En el acto inaugural, el director del museo, José Rivera, dio la bienvenida tanto a los artistas como al público asistente. Durante su intervención, reconoció la importancia de la obra de Cáceres, a quien entregó un reconocimiento oficial. Además, invitó a los presentes a recorrer las salas del recinto y a adentrarse en el diálogo que la exposición propone, a través de piezas que, más allá de su factura técnica, apelan a la emoción y a la reflexión personal.
El público pudo apreciar en las salas de exposiciones temporales un total de 30 obras de diferentes formatos —pequeño, mediano y grande—, todas centradas en la figura humana. En torno a su propuesta artística, Cáceres expresó: “Quiero que la gente abrace la incomodidad y la transforme, que abrace sus emociones y experiencias, positivas o negativas, y convierta el dolor, como alquimistas, en algo más. No quedarse en el pasado ni en la nostalgia, porque yo era y todavía soy muy así. Es una manera de vivir en el aquí y en el ahora. Toda mi exposición es un diálogo interno conmigo misma; con la pintura puedo transmutar esas experiencias que me han cambiado y verlas como lecciones. Quiero que la gente viaje a su interior, que se incomode o incluso se asuste, pero que de ahí transforme lo que encuentre en algo beneficioso para sí misma.”
Respecto a la técnica, la pintora compartió que su predilección por el óleo radica en la versatilidad que ofrece. “Me encanta el óleo porque es muy noble: puedes lograr transparencias, adelgazar o trabajar con empaste y volumen. Me gusta la vibración que ofrece al aplicarlo en el lienzo y las posibilidades de trabajar por capas; son tantas las formas en que puede explorarse…”, señaló. Esta elección plástica refuerza el carácter introspectivo de la exposición, donde la materia y el color adquieren una voz tan expresiva como el discurso de la artista.
Resilia no busca ofrecer respuestas concluyentes, sino abrir preguntas al espectador. La muestra se presenta como un tránsito vital y artístico que aborda la resiliencia desde la memoria y la transformación, y no desde la tragedia. Cada obra constituye un testimonio de que es posible encontrar un lenguaje amoroso incluso en medio de la pérdida, uno que abrace lo que duele y, al mismo tiempo, lo celebre. En cada trazo resuenan la fragmentación de la memoria, el eco de lo compartido y la necesidad de tocar lo intangible, invitando al espectador a un viaje personal e íntimo a través del arte.
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