La locura por Bad Bunny se sintió en todo este fin de semana en la isla de Puerto Rico. Ya fuera en el Uber, las plazas públicas o en la calle, la gente hablaba del último concierto, de 31, de Bad Bunny, que le dieron forma a la llamada residencia No me quiero ir: Una más y que concluyó anoche, fecha en que se conmemoraron ocho años del huracán María que azotó y devastó a la isla. Todo estaba puesto para que fuera un concierto emotivo, único y especial... y así fue.

No fue casualidad que Benito eligiera esta fecha para cerrar su residencia con broche de oro en la isla que paulatinamente se ha ido levantando del huracán y le trajera a miles de personas de todo el mundo que vinieron a ver al Conejo Malo, posicionara su cultura y reactivara la economía, pues se sabe que la derrama económica oscila entre los 300 y 500 millones de dólares.

En total fueron 30 funciones que generaron más de 3,600 empleos. El cierre fue transmitido globalmente en streaming por Amazon Prime.

El escenario, decorado con elementos naturales y una casa campestre, fue el telón de fondo para una noche de celebración cultural. Bad Bunny abrió con “Alambre Púa”, seguido de “Ketu Tecré”, en una presentación cargada de simbolismo y raíces.

A lo largo de 31 conciertos durante su residencia, el artista ha rendido tributo a Puerto Rico a través de ritmos tradicionales como la bomba, la plena, la salsa y, por supuesto, el reguetón, consolidando su papel como embajador cultural global.

Esta presentación no solo marcó el cierre de una etapa, sino que también pasó a la historia como el primer concierto transmitido globalmente desde el Coliseo de San Juan en plataformas como Prime Video. Un hito en la carrera de Bad Bunny y en la proyección internacional de la música latina.

Además, el espectáculo fue aún más especial cuando el salsero Marc Anthony se unió en el escenario para una emotiva colaboración, sellada con un abrazo que conmovió a miles de espectadores.

La noche avanzó y llegó otro momento clave cuando interpretó El apagón, tema que denuncia la crisis energética que vive constantemente la isla, la gentrificación y el desplazamiento de las comunidades de Puerto Rico. Justo en ese momento varios asistentes sacaron la bandera de la isla y corearon al unísono “Puerto Rico está bien cabrón, está cabrón”.

El cambio de look del cantante para pasar del atuendo completamente blanco con gorro camel con orejeras, con el que arrancó el show, se dio en WELTiTA, tema que interpreta con Chuwi. Ahí Benito apareció con bermudas rojas a cuadros blancos y una camisa de manga corta blanca.

Otro momento con más invitados fue cuando aparecieron Arcángel, De la Ghetto y Ñengo Flow para interpretar junto a Benito Acho PR.

Con la idea de seguir posicionando a Puerto Rico, Bad Bunny estuvo en varios momentos con Los Pleneros de la Cresta, con quienes puso a bailar a la gente con CAFé CON RON y Ábreme paso.

Tras este número regresó al otro escenario con otro atuendo: pantalón blanco, camisa roja y sombrero pava e interpretar en versión Callaíta.

La recta final del concierto puso a muchos a llorar cuando sonó DtMF.