La fecha de toma de posesión del sospechosamente electo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llegó, y con ella la preocupación del pueblo venezolano. Y desde el tensísimo día de las elecciones el país se ha mantenido en una niebla de escepticismo, muchos claman la victoria de González Urrutia, otros confían en la legitimidad del anunciado triunfo de Maduro.

Sin embargo, una cosa queda clara ante la persecución de la oposición por parte del gobierno, es probable que el próximo mandatario sea el ya conocido rostro del que no puede ser llamado expresidente, y esto queda lejos del gusto de quienes confían que fue fraude lo que salió de las urnas en el día de tan peleadas elecciones.

La oposición, de manera interna, encabezada por María Corina Machado, ha llamado a la población venezolana, una vez más, a protestar por lo que confían que es justo, pues sospechan de resultados tergiversos desde hace ya meses, la intervención de la ex-candidata al fin se dejó ver, tras estar escondida durante semanas y semanas por ser perseguida por fuerzas gubernamentales.

Desde otro frente, uno más internacional, es Edmundo González quien lleva los últimos días en giras por Latinoamérica con el fin de marcar su papel como legítimo ganador y próximo presidente de Venezuela.

El ambiente se llena de intriga y preocupación, y no por poco, serían 6 años más en un gobierno que abiertamente ha reprimido a la ciudadanía y que, incluso en este momento tan crítico, se está blindando tras las armas para poder concretar un período más en el poder, amenazando a cualquiera que, en insurrección, se atreva a poner traba a la toma de protesta.