La masacre de los 11 jóvenes en Salvatierra, Guanajuato

Por Areli Noriega - diciembre 19, 2023

Un grupo armado hirió a un grupo de amigos y a la banda de música durante una posada en una hacienda privada. De igual manera, 14 jóvenes se encuentran heridos.

El grupo del crimen organizado llegó a una posada que había organizado un grupo de amigos y mató a 11 jóvenes. Hirió a otros 14, según cifras de la Fiscalía de Guanajuato, que ha recuperado 195 casquillos del lugar del crimen. 

Angie Almanza, familiar de 2 víctimas, explicó en una entrevista que,“Solo llegaron, entraron y dispararon sin parar”, agregó que, “el único objetivo era matar”.

  • Paulina López perdió a su hermano Marco Antonio López, de 22 años, y a su novio Antonio Sánchez, de 27.
  • A la maestra Ana Maura Rivera le habían matado a su hijo de 16 años, Héctor Almaraz, y herido a Emiliano, de 18. 
  • La sobrina de Irving Ruiz, que tenía 29 años, se quedó sin el tío que la adoraba. Asesinaron a dos amigas, Macarena Becerril y Thalía Cornejo, de 25 años. 
  • Murió José Alberto Ramírez, también de 25, y quedó grave su gemelo.
  • Se quedaron huérfanos los hijos de Juan Luis García Espitia, de 36 años, y el de Galileo Almanza, de 25. Mataron a David Hernández, de 27, y al estudiante Emiliano Vargas, de 23. 

“Los jóvenes hicieron una reunión, por la navidad y porque también alguno de ellos se iba a ir ya a estudiar o trabajar fuera del pueblo. Eran de una misma generación, algunos llevaron a sus hermanos pequeños o a los grandes. Pero no era nada extraordinario, solo unos jóvenes que salieron a una posada”, dice Angie Almanza. 

Salvatierra, territorio controlado por el Cartel Santa Rosa de Lima, como casi todo el Estado de Guanajuato, está en una disputa de territorio con el Cartel Jalisco Nueva Generación. 

Las autoridades aún no identifican quiénes fueron los que perpetraron la matanza en la hacienda. La Fiscalía de Guanajuato señaló en un comunicado que los sicarios llegaron a la puerta y los jóvenes no los quisieron dejar entrar, les dijeron que era una fiesta privada. “Los jóvenes comentan que estuvieron retándolos”, añade Almanza. Los criminales hicieron como que se iban. Se fue la luz. Pero volvieron más. Más y con más armas: largas, de grueso calibre.

“Enseguida regresaron los hombres y comenzaron a disparar. No se veía nada, solo se escuchaban las detonaciones”, ha relatado una víctima sobreviviente al periódico AM, “corrí y me tiré al piso, después todo fue silencio; varios de los heridos se estaban quejando y algunos pidiendo ayuda, escuché que uno de los agresores gritó: "¡Mátenlos a todos!”. Esa noche alrededor de unos 50 jóvenes estuvieron en la posada, pero muchos ya se habían ido a casa. La fiesta estaba terminando.

Angie Almanza explica que “no fueron a por uno o a por otro, no trataron de llevarse a nadie”: “Rafaguearon indiscriminadamente a todos los que estaban en la fiesta, también al conjunto que estaba tocando. No hubo más: simplemente dispararon”. 

Al salir de la matanza, los sicarios quemaron dos coches y dos motos de las víctimas que estaban aparcados en la puerta. Fueron los jóvenes que sobrevivieron, entre los cuerpos de sus amigos, quienes llamaron a emergencias.

Los heridos fueron trasladados al hospital, pero uno de ellos falleció dentro de la ambulancia. Hasta el lunes a la noche, dos de los jóvenes siguen con pronóstico delicado, por lo que han sido trasladados a un centro de Celaya, y otros tres están afrontando cirugías porque las balas habían tocado hueso. Otro disparo destrozó la mano del acordeonista de Dinastía Cornejo. La banda de música, cuyos integrantes salieron todos heridos, ha pedido donaciones de sangre en el hospital de Salvatierra. “Fue un acto que te duele, un hecho atroz”, resume Almanza.

Las autoridades no han dado ninguna explicación del crimen. Como no la dieron de los pasados. Hace dos semanas que seis estudiantes de Medicina, de entre 18 y 23 años, de la Universidad Latina de México fueron asesinados en Celaya. También sin respuestas. 

Andrés Manuel López Obrador declaró que tiene que ver con un consumo de drogas. La madre de dos de los jóvenes asesinados a principios de diciembre, Fabiola Mateos, enseñó los exámenes toxicológicos limpios de sus hijos y de sus amigos para rechazar la versión del presidente. Le pidió que rectificara. Ante esto no lo hizo.

“Es un territorio silenciado, controlado por un grupo de lugartenientes locales del Cartel Santa Rosa que puede hacer este tipo de cosas, sin que haya sanción o respuesta estatal, no digamos municipal”, explica el activista Raymundo Sandoval, de la Plataforma Por la Paz y la Justicia de Guanajuato.


Foto: El País.
Info: El País.


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