La intención de estos bloqueos no parece ser una demanda genuina por mejoras en infraestructura, sino más bien una estrategia para calentar el ambiente político de cara a las próximas elecciones. Fuentes cercanas a la región aseguran que estos grupos buscan generar caos y desestabilización en la zona, utilizando a personas de Morena con representaciones populares para incitar el conflicto.

El impacto de estos bloqueos ha sido significativo, afectando principalmente a los trabajadores de la región que se han visto impedidos de realizar sus actividades diarias, afectando gravemente la economía local. 

Los manifestantes cuentan con un apoyo logístico considerable, que incluye toldos, alimentos, agua y transporte, lo que sugiere que no se trata de una protesta espontánea, sino de una movilización organizada con fines políticos claros.

Entre los principales promotores de estos bloqueos se encuentran figuras como Misael Ramírez Hinojosa, Servidor de la Nación, así como los hermanos Antonio y Félix Méndez Gutiérrez, Mariela Novella, San Juana Ríos, Martina Valdez, Valeria Valdez y Liz Valdez, todas ellas vinculadas al partido Morena en las comunidades afectadas.

El director de Obras Públicas, Juan Salazar Reyes, acudió a la zona para intentar mediar en la situación y escuchar las quejas de los manifestantes. Sin embargo, lejos de mostrar disposición al diálogo, los bloqueadores se centraron en lanzar reclamaciones infundadas, como acusar que no habían sido recibidos por las autoridades, cuando no existían antecedentes de ninguna solicitud formal. 

Esto evidenció su verdadera intención de desestabilizar la situación política, al negarse a retirar los bloqueos pese a la presencia de las autoridades.

Finalmente, los bloqueadores cedieron ante la llegada de las cuadrillas de Obras Públicas, quienes comenzaron de inmediato a trabajar en la mejora de los caminos, pero el daño ya estaba hecho, y la movilización radical de estos grupos mostró claramente sus fines desestabilizadores.