• Seamos francos y construyamos una campaña basada en el diálogo directo con la ciudadanía y la apertura al debate público.

Este miércoles, el candidato a la presidencia municipal por Movimiento Ciudadano, Pancho Franco, presentó de manera formal ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Durango (IEPC) una petición para que se convoque a debates semanales entre los aspirantes a la alcaldía de la capital durante el periodo de campañas.

Con firmeza, Franco subrayó que él fue el primero —y hasta ahora el único— en acudir personalmente a entregar la solicitud, dejando claro que su campaña está basada en la franqueza, el diálogo directo con la ciudadanía y la apertura al debate público.

“Presenté la petición formal y no hay sorpresas: soy el primero y el único que ha venido a hacerlo. Para que den la cara, vamos a debatir. Durango merece saber quiénes somos, qué proponemos y qué tan capaces somos de defender nuestras ideas”, declaró el candidato de Movimiento Ciudadano.

Franco llamó directamente a sus oponentes, Enríquez y Ochoa, a salir de su zona de confort y dar la cara frente a la ciudadanía, dejando atrás las campañas de marketing vacío y promesas recicladas.

“No se puede gobernar a la sombra de un eslogan. La gente quiere escuchar respuestas claras, propuestas reales y ver quién tiene el carácter y el conocimiento para liderar esta ciudad. Yo no le tengo miedo al debate, porque tengo propuestas y resultados que me respaldan.”

La iniciativa del candidato emecista contempla la realización de un debate cada semana, en formatos abiertos y con transmisión pública, donde se aborden los temas fundamentales para Durango: seguridad, medio ambiente, movilidad, empleo, infraestructura, servicios públicos y participación ciudadana.

“No se trata de ganar simpatías con fotos, se trata de ganarse la confianza con ideas. Que se vea quién tiene visión, quién tiene historia y quién tiene el valor de defender a Durango con la cara en alto”, resaltó Pancho Franco.

Con esta propuesta, Pancho Franco reafirma su compromiso con una política de cara a la gente, transparente, valiente y sin simulaciones, y marca un precedente que pone el tono de la contienda en favor de la rendición de cuentas y el debate democrático.