Apúntele bien
A propósito de la violencia y desastres sísmicos que se viven en
nuestro país, la difícil situación económica que nos golpea en el estado.
Es tiempo para desestresarnos, de dejar de correr, de no
temer al cambio.
Es tiempo para dejar el: ahora no tengo tiempo, mañana lo
haré.
Para dejar de lado los aceleres y dedicarnos a hacer lo que nos gusta, pero que no lo hacemos, porque no tenemos tiempo.
Es tiempo para recordar a los amigos, dedicarnos a vivir...
a disfrutar como decía Borges: otra vez de las montañas, o como diríamos al
comienzo de nuestra búsqueda espiritual: de conocerlo todo...
En estos tiempos debemos entender que no hay lugar seguro,
ni economía segura, ni trabajo seguro...
Pero, ¿en qué lugar del camino nos hemos quedado? ¿Dónde
quedó el compromiso de dar de lo bueno que hemos recibido, de compartir las
cosas que nos han edificado? ¿De hacer cada vez planes más grandes en nuestra
vida y en nuestro crecimiento?
El acorazado del cambio, de la renovación, ese que mencionó
vagamente Paul Tillich está zarpando.
Y si callamos, hasta podremos sentir aquel susurro que
pregunta: ¿Estás allí acaso tú también?.
Es tiempo de recoger los recuerdos de nuestro primer amor
por las cosas trascendentales, por lo espiritual, volver a lo nuestro y desear
crecer.
Y creo que no queda mucho tiempo.
Buen fin de semana.
#LaHistoriaSigue
Mentas y mentadas.- una_299@hotmail.com
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